lunes, 27 de abril de 2015

LA RELAJACIÓN DEL NIÑO A TRAVÉS DE LA MÚSICA.


La música le sirve al niño para conocer mejor su esquema corporal, y de esta forma le ayuda a encontrarse bien con su propio cuerpo y a desarrollar mejor la motricidad. Si a la música le unimos la relajación, además de lo anteriormente expuesto, también conseguiremos favorecer el equilibrio tónico emocional, liberar tensiones, disminuir la hipertonía...
Una relajación puede constar de tres fases o momentos que son:
- Fase de contracción mental (imaginar con ayuda de la música algo que invite a la serenidad).
- Fase de trabajo de distensión neuro – muscular.
- Fase de regreso.

Para trabajar con niños de infantil tenemos que tener en cuenta que ellos aún no son capaces de mantenerse concentrados en una actividad durante un largo periodo de tiempo, por ello es necesario que las sesiones sean muy cortas.
Estas sesiones pueden ir centradas en la percepción del propio cuerpo, muy especialmente en los estados de contracción y relajación, así como sobre el dominio del control tónico.
Cuando se practican sesiones de relajación, se aconseja que el lugar donde se realicen los ejercicios sea tranquilo, que la indumentaria permita libertad de movimiento,  que evite fuentes de distracción, colchonetas amortiguadoras...
Gracias al carácter globalizador de la música, ésta se convierte en un recurso muy apropiado en la educación infantil y a través de ella podemos trabajar una infinidad de contenidos.
Por último, aquí dejo una serie de títulos de música clásica muy adecuados para trabajar la relajación en educación infantil.
- Preludio de Parsifal (Wagner)
- Suite nº 3 en re menor (Bach)
- Sinfónica del nuevo mundo (Dvorak)
- Preludio de Lohegrin (Wagner)
- Sinfonía pastoral (Beethoven)
- El Adagio (Albinoni)
-Aria “La muerte de Tristán e Isolda” (Wagner)

- Coro de los esclavos de Nabuco (Verdi)



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